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... no siempre acertaré, pero lo intentaré. No busco ser exhaustiva, sólo añadir una opinión a las muchas que se crean entorno a las cosas que pasan. Algunas de ellas provocan mi comentario al igual que a muchos de vosotros y sobre ello pretendo un toque de atención.







viernes, 24 de diciembre de 2010

* Mirando el Jacqueline Onassis Reservoir


Antes de empezar la lectura, abrir el solo de piano de Edward Cullen, publicado después. Serà mejor compañía, si le bajais un poco el tono. Gracias.



... - Són las tres y no llega... "
... - Són las tres y media ya !

No pude más, los nervios me obligaban a tomar una decisión i con decisión cogí el teléfono para preguntar por Samantha. La respuesta todavía me inquietó más... no había ido al despacho !

Seguramente había ido a dar una vuelta por el Lago, después de salir del Guggenheim. No sería la primera vez, era muy cuidadosa con su físico. Decidí darme una ducha, quizás así ganaría un poco de tiempo a la ansiedad.

La ducha me sentó bien, incluso me dejé acariciar por el agua, más de lo acostumbrado. Salí del baño no sin antes haberme masajeado el cuerpo con una espuma aceitosa que hidrataba y perfumaba a la misma vez.

Estaba buscando lo que me iba a poner, cuando sonó el telèfono... me sobresalté. Me dirigí hacía él, peró la llamada se detuvo.
Esperé unos instantes i... sí , sonó nuevamente; me apresuré a descolgarlo... Diga ?... diga ! . _ " Paula soy yo, llamo para decirte que no puedo acompañarte esta tarde, me ha salido una erupción en los brazos y he pedido hora al dermatólogo, te va de ir mañana a mirar lo del gimnasio ?... Sí, sí, como quieras, mañana quedamos OK ? Hasta mañana. No le comenté nada de mi preocupación.

Pasó un tiempo lento, cada vez más lento...

Rinnnng, rinnnng ! Esta vez era la puerta. El conserje me avísó de una visita, di el permiso i en unos segundos volvía a sonar el timbre de la puerta. Yo estaba sola y abrí la puerta no sin mirar por pantalla quién era. Eran el conserje y un policía. Las piernas empezaron a temblar al tiempo que abría la puerta. _ "Sra. McVill , debe Vd. acompañarme, coja algo de abrigo por favor " _...

Una hora más tarde estaba sentada en la Sala de espera del Lenox Hill Hospital, frente a Central Park. No sabía nada de lo que ocurría, sólo que Samantha estaba alli y yo no sabía ni como ni por qué . Mil ideas se me ocurrían y ninguna era buena. A lo lejos iban i venían mèdicos y enfermeras, camillas por doquier. Era domingo y había agitación... esto todavía me hundía más y más. En todo este tiempo de espera ya había pedido que me informaran varias veces, pero me decían que me tranquilizara que pronto vendría el doctor. En esos momentos hice un breve repaso de mi vida al lado de Samantha. Las cosas nos iban bien, algún que otro tropiezo con algún cliente, pero siempre acababamos por solucionarlo, sin perder-lo .
Samantha era una buena amiga. Hacía cerca de cinco años que habíamos abierto la tienda de juguetes en la calle Lexington, esquina a E 57th St, muy cerca de nuestro apartamento, muy pequeño, pero suficiente y con el bombón incluido de una pequeña terraza, donde soliamos tomar un té en horas de sol y desde la que se divisaba gran parte del Central Park, ... Samantha llevaba la sección de los peques, se entendía bien con ellos i, además sabía a la perfección donde tenía que col.locar toda la gama Walt Disney y los Toys... a la altura de los más pequeñines...

A mi me iban más los de 5 años en adelante. Me gustaban sus preguntas directas bañadas de curiosidad pero con acierto, sabiendo ya que querían... Pero ahora ya... no sabía que pensar. Los nubarrones negros empezaban a revolotear por encima de mi cabeza... que le podía haber ocurrido !

Sumida en mis pensamientos, me sacó de ellos una mano en mi hombro.
Era el doctor. En pocas palabras me habló del desmayo en el Central Park y de todas las complicaciones que habían temido en el examen que le hicieron a Sam. Fué desgranando una a una, todas las cortapisas que le irían ocurriendo en poco tiempo. Le habían descubierto una leucemia.
Me habló de opciones, de períodos de espera, de trasplante... todo lo que oía me iba cayendo como una losa en mi ànimo.

Llegaba a su fin todo el planteamiento . Estaba ya en el punto de las recomendaciones mientras durase el tiempo de espera, dado su estado.
DADO SU ESTADO ?... a que se refiere Doctor, todavía más complicaciones ? No se preocupe, la tendremos bajo observación todo el tiempo. Hay que llevar especial cuidado con la medicación porque según como, hay una parte que puede ser nociva para el resto del cuerpo y sobretodo para el bebé... Oh my God ?... He oído bien Sam lleva un bebé ?

- "Perdone no sabía que Vd. lo ignoraba. Samantha està de 4 meses."

Una sensación agridulce llenó mis sentimientos. Las nubes negras se tornarón más luminosas i la leucemia, pasó a segundo tèrmino, no por falta de seriedad sino porque una nueva vida sería lo que podía ayudar mejor a Sam. Desde aquel instante, las preguntas me salían a borbotones . Ambas circunstancias eran de vital importancia. Había que plantarle cara a la enfermedad y preparar el camino a la nueva vida y sobretodo ayudar a Sam.

Me dijeron que ahora estaba muy agotada. que fuese a tomar algo y que volviese por la tarde. Volví.

Sam me contó que ella no sabía que estaba embarazada, Siempre había sido muy irregular y en cuanto al padre sabía quien era y no habría ningún problema.Se querían. No me había hablado de esta relación, porque se trataba de un amigo que trabajaba fuera del país y con el que hacía mucho tiempo que mantenía una relación estable. Me dijo también que pensaba decírmelo en cuanto lo de la tienda nos diese un respiro y un futuro claro ...

Un respiro... pués sí, dí un buen respiro !. Sam tendría que cuidarse a fondo. Establecimos que se quedaría en casa y que pondríamos una persona , a la que ella le daría su aprobación, para ocupar su sitio en la tienda, mientras durase, lo que durase su puesta a punto. Nos dimos un fuerte abrazo y nos dispusimos a poner cada una todo nuestro esfuerzo para seguir adelante. Sería duro, pero esperanzador .

Han pasado 10 años. Sam tiene un niño precioso. Se casó con Tim y aunque pasa mucho tiempo fuera, són felices y yo, con todo lo que hemos pasado y dejado atràs, también. La tienda va aumentando los beneficios, hemos ampliado el local, alquilando otro pequeño que había justo al lado y hemos conseguido ampliar la clientela. El pequeño Timoty fué una bendición en los malos momentos, que los hubo, però ahora ya todo ha pasado y ademàs ... és Navidad !.


Que bonito, parece una postal de antes, sino fuera porque no hay nieve y porque los cervatillos són los que lleva Mike paseando los 10 perros por las calles de N.Y., como hace cada día, para ayudar un poco a su pobre economía. Quizàs no debería alargar esta historia y dejarla en este punto dulce , pero quizás también cuando diese la vuelta a la esquina
sentiría el peso de la mirada de Sam, reprochándome pasar por alto sus últimos meses, apartando este recuerdo que si bien fue doloroso, también fuè un espacio lleno de carinyo...

Es cierto, Sam estuvo rodeada hasta el final del cariño de Timoty , de Tim y del mío, y de otros amigos, porque Samantha era eso cariño. Lo ponía en los objetos, en los hechos, en las palabras, en las renuncias, en los momentos buenos y en los malos y todos los demás participábamos de ello sin envidias y este fué su gran legado y si bien estoy dando la vuelta a la esquina ahora siento que estoy en paz conmigo misma porque , con la decisión que ella admiraba en mí, afrontaré que la vida es principio y final y lo demás no importa. Te quiero Sam, por todo lo que me diste y sigues dándome... C.V.

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